martes, 11 de abril de 2017

Tiempo

Unos le tienen pánico a las alturas, otros a los gatos, a que los entierren vivos, a los payasos, a los espacios abiertos, cerrados; una lista de nunca acabar, pues estamos en todo nuestro derechi de tenerle miedo a lo que sea.

Marcela Puentes también vive con miedos.  De pequeña le tenía pavor a los perros.  Apenas veía uno comenzaba a sudar y a buscar la mano de un adulto a la cual aferrarse.  Luego de muchos años las cosas no han cambiado; aún conserva parte de ese miedo pero ya ha aprendido a manejarlo. Tal vez ahí se encuentra el quid del asunto, es decir, en no huirle a los miedos, sino aprender a pilotearlos.

En medio de todo Marcela vive una vida "normal": tiene una familia que la quiere, trabaja, es exitosa, sale de fiesta con sus amigos, etc. pero desde hace un tiempo otro miedo ha comenzado a materializarse en su cabeza, uno extraño: Miedo al tiempo.

Podría pensarse que Marcela le tiene miedo a envejecer pero no, eso la trae sin cuidado.  Ha aceptado con dignidad las arrugas que le han aparecido en la cara y le son ajenos los miles de tratamientos de belleza que prometen camuflar la edad y dar un aspecto mucho más joven.

El miedo de Marcela respecto al intangible más importante que nos hemos inventado, tiene que ver con la inevitabilidad del paso del tiempo; que los relojes nunca paren o se devuelvan.  Le aterra saber que ese segundo que pasó, ya se ha perdido por completo y,  ¿cómo saber si lo aprovecho o no?  ¿quién le puede dar esa respuesta?  En un principio creía que ella misma la podía solucionar, pero  ¿cómo saber que si estamos aprovechando el tiempo con lo que sea que hagamos ? en últimas  ¿qué es aprovechar el tiempo?, ¿no ocurre más bien al revés y  es el tiempo quien se aprovecha de nosotros?

Estas y otras preguntas le se pasean constantemente por su cabeza, pero los hijos, el trabajo, la pareja, los amigos, hacen que las olvide y le brindan un alivio temporal, que cesa apenas suena o mira un reloj, y cae de nuevo dentro de su torbellino de inquietudes.