miércoles, 2 de julio de 2014

Papada

 ¿De tenerla, a quién le gusta su papada? Creo que a nadie.  Lamentablemente no tenemos nada que hacer porque la llevamos en la cara.  El problema es que vivimos pendientes del que diran y de unos parámetros de belleza que hemos y nos han ido tatuando en nuestro cerebro durante toda la vida; entonces si uno es "Feo", trata por todos los medios de acabar definitiva o momentáneamente con esa fealdad, que a la larga resulta ser  un estado mental, pues estoy de acuerdo con aquel cliché de "Cada quién tiene lo suyo".

En ocasiones tratamos de eliminar lo que consideramos feo de tajo, por eso existen profesiones como la cirugía plástica. Otras veces le apostamos a una eliminación temporal y por eso cuando nos van a tomar una foto, sonreímos exageradamente o acomodamos la cara en cierto angulo, para tratar de eliminar la papada.  Esa debe ser la verdadera razón por la que las personas salen tan contentas en todas las fotos que suben a Facebook; la sonrisas tienen como único fin la eliminación de la papada.

A la larga no importa cual sea el concepto que cada uno tenga de belleza, y lo jodido que pueda estar el mismo.  El punto es que considero que intentar evitar salir con papada en una foto es un atentado contra la sinceridad, contra el mostrarnos tal cual como somos.  Es fingir ante un mundo que exige y exige y en ocasiones da muy poco de vuelta.

Mi invitación hoy es que portemos la papada, los gorditos, o cualquier característica física de nuestro cuerpo que no nos guste, con orgullo. Eso es apostarle a la sinceridad, a hacerle pistola a unos patrones y paradigmas  que dia a día frenan nuestro actuar.