jueves, 30 de agosto de 2018

Desubicado

No sé cómo llegué acá. Será debido a gajes del oficio, me imagino. El punto es que uno está descansando y de repente comienza a hablar sobre algo, lo que sea, y el punto de vista salta de una primera persona a una tercera como si nada, como si en una narración estuviera bien visto eso. Imagino que algún día enloqueceré, cuando ya me sea difícil manejar tanta información en mí cabeza, si es que tengo una. 

“Bueno, si eso es lo que quieres Gabriela, la verdad no puedo hacer nada. Déjame en paz”, le dijo Ricardo, mientras dejaba caer los brazos hacia los costados. 

Gabriela abandonó el salón con la cabeza gacha. Él alcanzó a escuchar sus sollozos, pero igual dejó que se marchara. "Suficiente tengo con los líos en el trabajo para sumarles una de sus pataletas", pensó . 

No tengo idea quién carajos es Ricardo y por qué está tratando mal a su pareja. Queda claro que me falta información, o mejor, nos falta estimado lector, pues no la he narrado en ningún momento. Me imagino que más adelante se insertará en el texto, cuando al escritor le de la gana, un fogonazo del pasado, un flashback que le va a dejar, a usted, a mí y a todo el que se tropiece con estas letras, todo claro. 

Solo espero que ni se les ocurra utilizarme en segunda persona, esa zona sombría en la que no se distingue bien narrador, lector o personaje; porque ahí sí que todo se va al carajo, o bueno, puede que no, pero no me siento bien en esos zapatos. 

Gabriela está de pie junto a la cama, tiene un cuchillo en la mano y la mirada perdida. Su marido duerme profundamente. 

Ya el personaje de Gabriela está jugado, quizás podría darle un arrebate de culpa, un: “Entonces dejó deslizar el cuchillo por entre sus dedos, y después de que cayó en el piso, se sentó a llorar en el borde de la cama, mientras su marido murmuraba algo entre sueños”

Todo, en mi humilde opinión, depende de qué tan fuerte sean sus motivos, y si algo de lo que he contado le da la suficiente fuerza al personaje para que actúe de la manera en que lo piensa hacer. 

Por el momento ahí sigue callada y sola  en la oscuridad, en una lucha interna que la verdad no le deseo a nadie. De la decisión que tome dependen muchas cosas de esta narración.