El cuento que escribo es corto. Estimo que me debe salir de 6 páginas o menos, porque es una escena de vida, algo sobre lo que, dado el fin que le quiero dar, no se debería escribir más páginas que esas, pero solo porque es un cuento y no una novela. Alguna vez leí que un cuento es precisamente eso, como una mirada a la foto de un bosque, mientras que una novela es entrar a recorrerlo y perderse en él; algo así decía la cita, lo más probable es que este inventando un poco, pero bueno, eso no viene al caso.
Lo retomo luego de haber escrito 2 páginas y acabo el primer borrador. Mi visión fue exacta: me salieron 6 páginas.
Ahora viene la edición, lo bueno, eso que unos dicen, y se les llena la boca: “en lo que en verdad consiste la escritura”. No lo sé, pero no me gusta dar esas afirmaciones con pinta de verdad revelada; igual esto tampoco viene al caso, discúlpeme usted, querido lector, por desviarme del tema.
Leo todo el cuento, primero de un tacazo a ver si tiene sentido, y luego comienzo a editarlo párrafo a párrafo. En un momento el personaje principal toma un radio de pilas que aparece de la nada, objeto que debería haber aparecido al principio del cuento para que la transición de una escena a la otra tenga coherencia.
Ese simple detalle me obliga a reescribir una porción del cuento y reniego, pues quiero acabarlo. Parece que el computador se da cuenta de mi actitud infantil y obliga a que el procesador de palabras se trabe. Aporreo las teclas como un pianista enloquecido, pero no ocurre nada. ¿Acaso cuando se ha visto que esa acción bruta sirva de algo? No me queda más remedio que forzar el cierre de la aplicación.
Cuando la vuelvo a abrir, pasó lo que temía: no se guardó ningún cambio. Le hecho un madrazo al computador, pero los dioses zen de la escritura vienen a mí y evitan que me empute, simplemente vuelvo a escribir lo que ya había escrito, porque díganme ustedes, ¿si Steinbeck pudo reescribir una novela desde cero, porque su perro se comió el manuscrito que estaba listo para ser entregado a su editor, como es que yo no voy a ser capaz de reescribir un par de párrafos?
Termino de escribir el cuento, lo leo y creo que tiene sentido. Ahora necesito que se añeje, que madure solito, antes de volver a editarlo.