jueves, 19 de noviembre de 2015

Tenis

Hoy pasé por las canchas de Tenis del Parque Nacional.  Cualquier cosa relacionada con ese deporte  me devuelve a mi época en la universidad y  me recuerda a Carolina.  Siempre me ha sorprendido como vivimos envueltos por historias y como cualquier objeto, lugar, recuerdo las dispara en nuestro cerebro.

Carolina iba un par de semestres debajo del mío.  Le encantaba jugar tenis y siempre andaba en pinta deportiva y cargaba su raqueta para todo lado, pues cualquier rato libre que tenía lo aprovechaba para jugar.

Muchas veces la acompañe a entrenamientos y torneos.  Me encantaba ver lo mucho que se divertía jugando.  Creo que sobra aclarar que Carolina me gustaba mucho. Algo que potencializaba ese gusto, era toda la pasión y amor que le profesaba a su deporte; ver como se emocionaba con tan solo hablar sobre él; la hacía ver más especial.  De su físico sus piernas eran increíbles; en mi opinión, la parte más sexy del cuerpo de una mujer.

Carolina vive en el exterior y hace rato me dejé de hablar con ella.  Se convirtió como muchas otras cosas y como dice Faciolince, en otro de mis tantos ex-futuros.  Espero que todavía conserve la misma pasión por el tenis que tenía en ese entonces.