viernes, 9 de diciembre de 2016

El tiempo de las palabras.

Estás palabras que usted lee en estos momento, estimado lector, se supone que fueron escritas ayer al filo de la madrugada, pero no, las escribo hoy a las 00:14 porque grabé este post ayer a eso de las 11:53 p.m con  el título "ahorita", para escribirlo luego, es decir hoy, y que parezca que lo hice ayer.  En ese sentido, podía decirse que estas palabras  son mentira, pues van a quedar con un tiempo que no les corresponde.

De ahora en adelante le pondré más atención a eso de  que a las palabras les corresponda determinado tiempo; por eso, tal vez, a veces nadie nos entiende, pues las regalamos  escritas o en conversaciones cuando no les ha llegado su momento.

Quizá cuando aprendamos cual es el tiempo necesario y justo, tanto en extensión como en momento y hora exacta, de regalar palabras, varios problemas del mundo van a desaparecer como por arte de magia.  No digo todos, pues resulta un despropósito vivir sin ellos, pero si bastantes por los que vivimos agarrados e indignados unos con otros y que no dejan de ser pendejadas.

Ahora son las 00:47.  Los 33 minutos que se supone me demore en juntar estas palabras, no fueron dedicados exclusivamente a ellas; e ahí otro problema con las palabras que muy pocas veces les dedicamos el tiempo que se merecen.

Espero que en el momento en que pinche el botón "Actualizar" estas palabras coincidan con la vida, el momento y el tiempo de alguien.