jueves, 21 de marzo de 2013

El receptor

El  no decir las cosas de frente es uno de los más grandes errores que podemos cometer y por el cual no conseguimos lo que queremos. De pronto más de una persona,  grupo, organización están dispuestos a darnos eso que tanto deseamos, pero al no ser directos y concretos, no nos entienden y perdemos oportunidades únicas.

En este orden de ideas, es bueno que uno se esfuerce al máximo, tratando de expresar lo que quiere o piensa, porque si no simplemente estamos jodidos, puesto que nadie  lo va a hacer por nosotros.  

A pesar de lo que le he comentado, pienso que también debemos aprender hacia quien nos vamos a dirigir.  Considero que es una perdida de tiempo intentar entablar contacto con alguien que no tiene ni un poquito de ganas de oír lo que usted tenga por decir, así sea un pensamiento super brillante digno de premio nobel o una simple pendejada.  Uno tiene que aprender a identificar esas personas para no perder tiempo en la vida.

Es como cuando usted llama a alguien por teléfono, y la persona que le contesta, se pone a hablar con la persona que tiene al lado  ¿por qué carajos hacen eso?,  ¿si están ocupados,   no sería mejor el no contestar?.  A la larga pienso que simplemente lo hacen por darse una importancia que no tienen y mandar, así no lo quieran, el siguiente mensaje: "Lo que usted tenga por decirme me vale huevo".