Varios meseros revolotean por el lugar: toman nota de qué quieren los comensales, caminan de afán mientras hacen equilibrio con bandejas que transportan por encima de sus cabezas, llevan cuentas y facturas, manejan datáfonos, rellenan los vasos de agua, así solo se les haya dado un sorbo, recomiendan platos o mencionan cuáles ya se agotaron.
“Señor, ya no tenemos Mero”, dice uno de ellos a una pareja que se encuentra en la mesa de al lado. El hombre se pone a mirar la carta de nuevo. Queda claro que no está preparado, y que no tenía una segunda opción en mente. “Entonces tráigame un bistec”, dice con desgano, como si estuviera seguro de que el plato le va a salir malo.
Me salgo de mis pensamientos para ponerles atención, parar oreja es un buen deporte.
“¿Por qué piensas eso?”, le pregunta la mujer al hombre, que ahora tiene los codos apoyados sobre la mesa y las manos sobre la cabeza. Las mueve de adelante hacia atrás, y luego se las pasa por la cara.
“Por qué lo digo?”, pregunta como si fuera obvio.
“Si, dime porque piensas que eres un fracasado”.
Pues es casi obvio Marce, ya casi voy a cumplir 50 y todavía no tengo un hijo”
“Pero Omar”, le responde ella tomándole la mano que reposa sobre la mesa, “Tienes trabajo, dos apartamentos, carro, una finca productiva. No te entiendo.
Un mesero llega para volver a llenar la copa de agua de él, que terminó hace un momento con un sorbo prolongado.
“Por favor no digas eso”, concluye ella. Tienes que tener cuidado con las palabras que utilizas, y esa es una muy fuerte.
A Omar parece no importarle lo que le dice su amiga, y como para dejar claro lo poderosa y negativa que es la palabra, ella saca el celular para buscar su significado. Lo lee en voz alta:
Persona Que no ha conseguido en la vida la posición o el estado a los que aspiraba. ¿En serio crees que eres un fracasado?
Omar le regala una mirada triste, le vuelve a dar un sorbo a la copa de agua. No responde nada de lo que piensa.
“Por qué lo digo?”, pregunta como si fuera obvio.
“Si, dime porque piensas que eres un fracasado”.
Pues es casi obvio Marce, ya casi voy a cumplir 50 y todavía no tengo un hijo”
“Pero Omar”, le responde ella tomándole la mano que reposa sobre la mesa, “Tienes trabajo, dos apartamentos, carro, una finca productiva. No te entiendo.
Un mesero llega para volver a llenar la copa de agua de él, que terminó hace un momento con un sorbo prolongado.
“Por favor no digas eso”, concluye ella. Tienes que tener cuidado con las palabras que utilizas, y esa es una muy fuerte.
A Omar parece no importarle lo que le dice su amiga, y como para dejar claro lo poderosa y negativa que es la palabra, ella saca el celular para buscar su significado. Lo lee en voz alta:
Persona Que no ha conseguido en la vida la posición o el estado a los que aspiraba. ¿En serio crees que eres un fracasado?
Omar le regala una mirada triste, le vuelve a dar un sorbo a la copa de agua. No responde nada de lo que piensa.