¿Se acuerda de mi set de dibujo?. El sábado pasado fui a comprar refuerzos para el mismo. Me permito informarle que forman parte de semejante equipo de trabajo dos tarritos de tinta china y dos plumillas. Ese día decidí irme caminando, cuando iba saliendo me di cuenta que el cielo estaba medio oscuro. A continuación un aparte de mi conversación YO con YO:
–Oiga, como que tiene ganas de llover hoy, yo de usted llevaba la sombrilla–
– ¿Será?, eso fijo ahorita sale el sol.–
–Bueno, después no diga que se lo advertí–
–¡Aghh! que importa, si me voy sin sombrilla y me mojo pues ¿que más da?, igual no me voy a derretir.–
A mí me parece que uno de nuestros errores es querer controlarlo todo, intentar tener medido a cada instante que es lo que nos va a pasar,como nos va a pasar y como lo vamos a solucionar; como si tuviéramos miedo de que la vida nos sorprendiera.
En esta ocasión quería en un principio controlar el no mojarme, pero a mí la verdad me da una pereza increíble andar con sombrilla, además porque soy todo un experto para botarlas. Finalmente pensé: "Que carajos, vámonos sin sombrilla"; afortunadamente no llovió.
Pero créame estimado lector, que por experiencia propia puedo dar fe de que lo que controlamos en nuestras vidas es casi lo mínimo; ya que en cualquier instante la misma le da a uno tres vueltas para bien o para mal y todo lo que usted había planeado, puede cambiar o derrumbarse en un segundo.
Por eso considero que a veces es bueno andar "sin sombrilla" por la vida.