Mucho se habla en estos tiempos sobre la zona de confort; yo la entiendo como ese estado en el que usted espera que nada cambie para bien o para mal, y también como ese en el cual uno se podría quedar experimentándolo hasta la eternidad; bien sea por billete, estatus, vida emocional, etc.
El punto es que dicho estado o zona solo existe en un mundo lineal, es decir, en un mundo predecible, donde nos han educado esperando que ninguna variable de nuestras vidas cambie. Soberbia mentira tan grande la que nos quiere proponer el jodido sistema del cual hacemos parte.
"Estamos frente a un paisaje que se escurre en diferentes síntomas:
financieros, económicos sociales y políticos."
El mundo tal cual como está ahorita, es en su totalidad un maremágnum de confusión. En este impera el caos; donde ningún sistema, al igual que ninguno de sus integrantes se salva. La velocidad con la que puede cambiar el curso de nuestros acontecimientos de vida diarios, desde meras estupideces hasta asuntos que consideramos importantes, es devastadora.
“El mundo previsible se ha transformado en una dinámica
desbocada de consecuencias inciertas.”
Parece ser que eso que llamamos "zona de confort" se ha convertido entonces en una zona de disconfort; donde la inestabilidad del sistema en el cual nos desenvolvemos a diario, siempre va a alterar cualquier zona de confort que creamos tener.
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