Comencé
a escribir algo hace una media hora. Me comenzó a doler la cabeza y decidí no continuar
e irme a recostar a la cama. Finalmente, después de una media hora, me
pasó el dolor. De repente me entraron ganas de escribir, pero no de continuar
con la misma idea, la cual quedó como un borrador sin título junto con otras
como: Spanglish degradado, trabarse, 9 minutos, desayuno Turco, no cualquier
sábado y chochera, entre otras. Unas las he terminado de escribir, pero
no las he publicado acá, y otras no tengo ni la más mínima en que estaba pensando
en ese momento o a que hacen referencia.
Ahora
resulta que aparte de las ganas de escribir también tengo sueño, y además
pereza de ponerme a buscar en mi libreta a ver si doy con alguna anotación de cualquier
idea sobre la que en algún momento pensé en escribir, por eso este post se
titula, "Lo que salga".
También
podría llamarse ideas en desorden, porque justo ahora atacan mi cabeza un
montón de ideas. Una de estas, el creernos únicos e indispensables, que llegó
mientras estaba recostado y trataba de concentrarme en mi respiración para no
ponerle atención al dolor de cabeza, tarea en la cual falle.
Creo
yo que no existe ser humano que no desee ser indispensable. Todos,
me imagino que por puro ego, queremos que se sienta nuestra ausencia, aunque sabemos que todo y todos tenemos remplazo; todo empeora
cuando somos conscientes que aquella
persona que llena ese supuesto vacio que dejamos, puede desempeñar lo que hacíamos,
en cualquier tipo de contexto o situación, mucho mejor.
No deberíamos apostarle a ser indispensables sino sinceros, a
actuar sin ningún tipo de pretensión. Para
lograrlo, antes que nada, debemos identificar que es lo que nos mueve en esta
vida.
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