viernes, 27 de marzo de 2015

Para Viejitos


Ayer mientras esperaba a un amigo, me dediqué a perfeccionar el arte de escuchar conversaciones ajenas. En la mesa de atrás, un hombre y dos mujeres hablaban sobre música electrónica con una propiedad impresionante. El hombre con gafas negras y cachucha al estilo "tres pisos" les decía algo como: "y es que a uno no le dan la libertad de crear, quieren que uno solo haga música que vende". Me pareció que estaba exagerando, quizás para sonar interesante, pero es solo mi humilde apreciación que, como a veces ocurre, cae en una actitud juzgadora; además no me gusta y no sé nada sobre ese tipo de música como para reforzar mi primitivo punto de vista al respecto.

Un par de mesas a mí izquierda, se encontraban dos amigos charlando sobre fiestas, rumba y destinos en los cuales se pueda experimentar dicho ambiente. En un momento de su conversación, uno le dijo al otro "Santa Marta es un lugar sólo para viejitos que quieren ir a relajarse".

Me quedó sonando la frase porque el año pasado fui dos veces a Santa Marta ¿Me hace eso viejo? ¿Me hace viejo no querer descerebrarme a punta de trago? De pronto si, pero ¿Y es qué uno no puede envejecer?

En la universidad recuerdo que me ponía de mal genio o me sentía mal, si el viernes o sábado no hacía nada, que por lo general era irme a tomar algo. En un principio era dejar que el cerebro nadara en alcohol, pero el nivel de consumo se fue reduciendo considerablemente, hasta el punto en que tomarme más de tres cervezas me parece una exageración, y experimentar guayabo al día siguiente me aburre por completo.

En fin, creo que el significado que encierra la palabra viejo, es muy amplio como para simplemente ceñirlo a un déficit de planes de rumba y/o perdición.

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