sábado, 31 de octubre de 2015

Objetivo

 ¿Desde cuando todo lo que hacemos debe tener un objetivo o fin específico?  ¿Por qué simplemente no podemos hacer algo porque nos gusta y hace sentir bien? Nos hemos metido en la cabeza todos esos términos gerenciales de productividad, eficiencia, eficacia, etc. con el fin de sentirnos importantes, y creemos que cualquier actividad que hagamos sin ningún fin preestablecido no tiene sentido alguno. 

El Ego nuevamente hace presencia, claro está que todos lo tenemos en diferentes dosis y es un aspecto de nuestra personalidad que de cierta forma es necesario; lo malo es cuando lo sacamos a relucir solo con el fin de sentirnos mejores que otros. 

El dinero, con su increíble facilidad para corromper todo, juega también un papel importante en ese afán de querer medirlo todo.  De cierta manera calificamos como insignificantes  aquellas iniciativas o oportunidades que no nos van a generar un beneficio económico a futuro.

Cuando eramos niños hacíamos las cosas porque sí, porque se nos daba la gana, pero básicamente porque nos hacían sentir bien, seguros y nos brindaban paz y tranquilidad. Queda claro que esa facultad de pensar como niños, que nos permitiría ser mucho más creativos, innovadores, y todas esas tendencias o formas de ser que tan desesperadamente buscamos, la continuamos enterrando día a día. Lo que realmente nos hace falta es ser más sinceros.

"Presence is far more 
Intricate and rewarding
an art than productivity"
- Maria Popova -




jueves, 29 de octubre de 2015

No entiendo

Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos comprobado que de nada sirve quedarnos patinando en el pasado, es decir, que no tiene objeto alguno pensar "si tan sólo yo hubiera elegido ese camino". Eso para cuando nos gusta retroceder la cinta.

Por otro lado, también tenemos la opción de "adelantarla", lo cual es todavía peor, para ubicarnos en un futuro que cuenta con la palabra "incertidumbre" como su sinónimo.  Esta claro que  sufrir por las decisiones tomadas en el pasado o vislumbrar los días por venir, no hace más que producirnos angustia.

No entieno por qué continuamos dándonos palo de esa manera.  Tal vez contamos con un par de genes estrictamente relacionados con esas conductas y por eso las repetimos seguido.  Podemos tener presente todo ese discurso Budista, motivacional  y de nueva era acerca de que solo importa el presente, que debemos vivir solo el ahora, etc.  que en extremo se torna cansón.  Aconsejar siempre será fácil, pero ponernos en los zapatos del otro para llegar a sentir lo mismo, es un arte que muy pocos dominan.


martes, 27 de octubre de 2015

Esposa, hijo, mamá...todo

Hoy, al caer la tarde, salí a caminar un rato y cuando me devolvía para la casa, decidí tomarme un café para contrarrestar el frio y viento que comenzó a hacer.   luego de pedir la bebida y mientras me la preparaban, le puse atención a la conversación de dos hombres que estaban sentados en la barra.  Uno le decía a otro, que llevaba una camiseta de cuadros y un pantalón de dril color caqui: "Es que ahora tiene que ponerle mucho cuidado a su papá, uno no puede dejar pasar esas alertas."

Mientras el hombre le decía eso a su amigo, este tomaba pequeños sorbos de su café y asentía con la cabeza,  En una pausa del primero respondió:

"Si, ya estoy al frente de todo, ya sé cuáles son todos los exámenes que se debe hacer y los cuidados que debe tener."

"¡Que bien!" le respondio su amigo, "Marica, acuérdese que su familia es usted y su papá; ya, no hay nadie más, así que usted tiene que hacer las veces de Esposa, hijo, mama...todo."

Su amigo lo escuchaba atentamente.  Después de esto pagaron y se despidieron.  Más allá de la historia o lo que estuvieran hablando, que claramente no me concernía, me gusto la forma en que el hombre aconsejaba a su amigo.  Por el tono de su voz y las palabras que utilizó, se notaba que es alguien a quién estima mucho.  Que bueno es recibir esos consejos, que no tienen ni una pizca de crítica, sino que son puras palabras de aliento. 

Todos deberíamos tener listos varios cartuchos de ese tipo de palabras, nunca sabemos cuando debamos disparárselas a alguien que las necesite.

lunes, 26 de octubre de 2015

Eonomía de sufrimiento

Y entonces uno se encuentra a esta hora en su casa cómodamente sentado. Yo , por ejemplo, luego de haber comido y tomado ginger con hielo y una rodaja de limón, algo que considero un placer sencillo.  Muchos pueden que estén también en sus casas, descansando, mirando televisión,  leyendo, teniendo sexo, etc. 

Mientras todo esto ocurre, mientras pensamos que tenemos derecho a realizar todas esas actividades,  y otras que por cualquier motivo no tenemos a nuestro alcance, pero igual creemos que tenemos todo el derecho de realizarlas; en otro lugar del mundo hay gente que anda muy jodida, que tal vez no ha podido comer nada  en todo el día y no tiene donde dormir, como algunas de  las victimas del terremoto en Afganistán.

Hace poco, en plena crisis de los refugiados africanos en Europa, me fui de vacaciones y no puede evitar pensar en eso, que mientras yo me asoleaba y tomaba piñas coladas, había personas al otro lado del mundo sufriendo.   ¿Por qué unos tienen y otros no? tal vez es una inquietud que nunca podremos resolver, solo queda ser agradecidos y tener gratitud hacia lo que tenemos y también hacia lo que no tenemos; muchas veces no sabemos lo afortunados que somos al no tener ciertas cosas que tanto deseamos.


How dare you think about your own private suffering when wars are
 raging and children are being bombed? There is always someone whose 
suffering is greater than yours. The reproaches are often framed as though 
there is an economy of suffering, and of compassion, and you should 
measure yourself, price yourself, with the same sense of scarcity and 
finite resources that govern monetary economies, but there is no measure of either.
- Rebbeca Solnit -

miércoles, 21 de octubre de 2015

Volver al futuro

La frase, con su oxímoron, no puede ser más llamativa.  Guardo muy buenos recuerdos de esa película al igual que la de Indiana Jones, Lethal weapon, los three amigos, y otra, que no recuerdo como se llama,  en la que actuó Meg Ryan y que trata sobre unos hombres que miniaturizaban para introducirlos,en unas naves, en los cuerpos de otras personas.

Era la época de las antenas parabólicas, y aunque no sabía hablar inglés, prefería mil veces, cuando llegaba del colegio, ver  el Disney Channel y a Kelly, mi amor platónico de ese entonces, de saved by the bell, HBO o Cinemax, que la televisión educativa que pasaban por las tardes.

De esta me cuerdo muy bien, del programa Cocinemos con Segundo Cabezas, un chef negro y viejito que, si no estoy mal, dirigía a unos niños en la cocina.  Lo único que me llamaba la atención, quizas porque a mí corta edad no le veía sentido alguno, era el ruido que hacían estos al inicio, mientras golpeaban diversos utensilios de cocina, a manera de instrumentos y sin ritmo alguno.

Parece ser que uno  siempre termina volviendo al pasado, o más bien recordando, que  por más perjudicial que se crea, y por mas cuentos budistas de: disfrutar el momento, el presente, etc. resulta menos angustiante que ubicarse  y/o pensar en el futuro, aunque siempre la mente quiera que volvamos a ese lugar.

martes, 20 de octubre de 2015

Bajar los cambios

Hoy, mientras caminaba hoy devuelta a mi casa a eso de las 6:00 p.m, sonó en mi mp3 (aplausos para ese aparato que ya tiene más de 5 años y sigue dando la pelea) la canción Mailman.  Está no fue una de las canciones comerciales del  Superunknown, pero a mí me gusta mucho, así que nunca la adelanto cuando suena; al igual que Like Suicide, Limo Wreck, y Fresh Tendrils.

El punto es que Mailman es una canción que me hace frenar, es decir, me calma y siempre la escucho de manera atenta, como si tuviera un mensaje secreto que quisiera descifrar.  Hoy, Mientras lo hacia, me di cuenta que iba caminando muy rápido y pensé: "Voy a caminar más despacio que todas las personas que se encuentran a mi alrededor", así que frene y cuando arranqué a caminar nuevamente, disminuí la cadencia de mis pasos.

Por andar a toda mierda en la vida, no nos damos cuenta de muchas cosas que, aunque sencillas, seguramente nos evocaran recuerdos, y si hay recuerdos habrá emociones, y estás pueden generarnos alegría o tristeza, pero seguramente nos harán sentir, algo que también nos hace falta para salir del piloto automático en el que andamos inmersos. 

Recuerdo que, el personaje protagónico de la novela "El incidente del perro a la medianoche" sufre del síndrome de Asperger, condición que le permite admirar el mundo  de forma única:

"Y entonces miré la pared opuesta al pequeño pasaje que había a un lado
 de la casa de la señora Shears donde yo estaba sentado, y vi la tapa circular
 de una cacerola metálica muy vieja apoyada contra la pared. Y estaba 
cubierta de óxido. Y parecía la superficie de un planeta porque el óxido 
tenía la forma de países y continentes e islas. Y entonces pensé que
 nunca podría ser astronauta porque ser astronauta significa estar 
a cientos de miles de kilómetros de distancia de casa, y mi casa estaba
 ahora en Londres y eso está a unos 160 kilómetros, que es más de 1.000
veces más cerca de lo que estaría mi casa si estuviera en el espacio, 
y pensar eso me dolió."
- El Incidente del perro a la medianoche -

Entonces mientras disminuía la marcha, traté de captar la mayor cantidad de imágenes: Vi una botella pequeña de postobón en el piso que estaba desocupada. Esto me hizo acordar del accidente que me dejo el amable recordatorio,  que en cierto momento también me dejo con el sentido del gusto muy disminuido.  En ese entonces me la pasaba tomando naranja postobón, que era la única bebida que más o menos me sabía a algo.  

Después de eso, unos pasos adelante vi como un hombre esperaba a su pareja en la entrada de un edificio, miré hacia la entrada y vi como ella sonreía repleta de felicidad y corría a abrazarlo y a darle un beso lleno de amor; no como esos donde alguno de los involucrados quiere comerse la boca de la otra persona.  No hay duda que en esos besos también hay amor, pero creo que en su mayor parte se dan para marcar territorio.

Cerca a mí casa pase por un café donde tenían puesto reggaeton a un alto volumen.  Ya estoy aburrido de esos pseudorockeros  que  despotrican (excelente palabra esta) de ese género y quienes lo escuchan.  A mí no me gusta pero  ¿qué puedo hacer al respecto?, como siempre tengo dos caminos: amargarme o dejarlo ser, y me imagino que estará científicamente comprobado que la segunda nos trae beneficios.

Luego de eso me di cuenta que otra vez había acelerado el paso, tal vez esto ocurrió porque la canción que sonó después de Mailman, fue Go y su tempo me llevó a hacer eso.  Después de eso, mi mente se puso a disparar un pensamiento detrás de otro, y me salí de mi estado contemplativo.

Debemos bajar los cambios para disminuir la velocidad y disfrutar más la vida.


"Moving slow in my lowest gear"

- Walkabout -

lunes, 19 de octubre de 2015

Enfiestarse

Enfiestarse es  diferente a enrumbarse, entendiéndose este último término, como la acción de irse de rumba a algún bar o discoteca, a descerebrarse a punta de alcohol.

Uno debería estar en la capacidad de enfiestarse con cualquier actividad que realice en el día, por más sencilla que parezca, no sé, digamos que al utilizar el horno microondas, por ejemplo.  Siempre que pongo a calentar algo en ese aparato, cuando termina de hacerlo y empieza a pitar, hago movimientos de robot que van al compás del pito del horno.  No sé de donde saque esa maña, que por más ridícula o infantil que parezca a mí me divierte.

Recuerdo que en una empresa en la que trabajé, había un ingeniero, Danilo, de desarrollo, al que llamábamos "Danilo fiesta interna", el nombre no se lo dimos precisamente porque se enfiestara con cualquier cosa, sino porque alguna vez hablo sobre algo que no tenía nada que ver con el tema que estábamos tocando. Desde ahí decidímos que siempre andaba en una fiesta interna, totalmente ajeno a lo que pasaba a su alrededor.

Siempre que pienso en el término "enfiestarse", me acuerdo de él, y de como yo y Victor, otro de desarrolladores, se la montábamos constantemente.

Volviendo al tema, enfiestarnos, es otro de esos tantos artes que nos falta dominar en la vida; sacarle provecho a cualquier situación, por más ínfima, ridícula y/o insignificante que nos parezca.

El tema me vino hoy a la cabeza, porque dí con un grupo que se llama Too Many Zoos. El hombre que toca el Saxofón definitivamente si sabe en que consiste eso de enfiestarse. Todos deberíamos tomar algo de su actitud para lo que sea que hagamos.


"As one had said somewhere else, I don't even dance and this shit gets me up."

viernes, 16 de octubre de 2015

Aprendedores

Hace unos días hablando con unos amigos, llegamos a la conclusión que todos, en esta época repleta de emprendedores, expertos, start-ups, frases motivacionales, Steve Jobs en potencia, etc. deberíamos más bien aceptar que no somos más que aprendedores.

Con el afán de ser innovadores y creativos, lo único que buscamos consciente o inconscientemente es ser diferentes, y lo cochino de esa búsqueda es que al querer serlo, también de cierta forma intentamos dejar claro que somos mejores. Esa búsqueda de identidad desesperada resulta ser otra de las tantas manifestaciones del ego.

 ¿Qué chingados es ser mejor?   ¿Cómo uno tiene el descaro de considerarse mejor que otra persona?.  Uno solo puede ser mejor con respecto a uno mismo, es decir, al compararse con lo que uno fue ayer, algo que siempre podremos trabajar y mejorar.

Así que mejor cambiemos la palabra emprendedor por aprendedor, porque está claro que nadie se las sabe todas.

jueves, 15 de octubre de 2015

Flipearse

Ayer me compre un café y me puse a leer.  En una mesa enfrente mío, una mujer conversaba con dos hombres.  De un momento a otro les dijo "Fue ahí cuando mi mama se flipeó".  Inmediatamente me llamó la atención el uso del verbo flipear en segunda persona, que inmediatamente me hizo pensar en ese grupo de rock setentero colombiano The Flippers.  Flipearse significa: "Fumarse un cigarrillo de Marihuana".  Ahora bien, quizás la mejor traducción del nombre de ese grupo de Rock sea: "Los enmarihuanados".

Los dos hombres, quienes al parecer eran parientes de la mujer, que llevaba una gabardina y pantalón, ambos de color negro, junto con unos converse desgastados y sucios, parecía que la estaban cuestionando por una supuesta relación que tuvo o tiene con un hombre. Me pareció muy extraño que le estuvieran reclamando sobre eso, aun más cuando la expresión corporal de la mujer daba a entender: "Yo hago lo que se me de la regalada gana, ¡perros!", y tenía más de 20 años.

En un punto la mujer dijo, "Yo solo le dije a él que quería darme la oportunidad de conocerlo y ya, pero fue ahí  cuando mi mama se flipeó".  Después de esto la mujer dejó claro que no entendía a su familia. "Se ponen bravos cuando digo y hago lo que pienso, lo mejor es quedarme callada.  Nadie supo que escondí una relación por 4 meses con un tipo que era un hippie. Mí mama nunca sospecho nada."  ¡Menos mal! si hubiera conocido a su yerno hippie, tal vez habría vivido flipeada las 24 horas del día.  Al final la mujer se puso a llorar, y me dieron ganas de abrazarla y decirle que yo la entendía con sus flipeos y demás asuntos.  Sólo me dieron ganas, no soy tan  integrado para actuar de esa manera.

De pronto esa mujer como hija es un dolor de cabeza, y lo mejor que sus parientes pueden hacer es flipearse, para no preocuparse por lo que sea que haga.  

Flipearse, definitivamente una palabra que agregaré a mi vocabulario.

miércoles, 14 de octubre de 2015

La sociedad de las "Tías"

Por lo general nuestros familiares aprecian lo que sea que hagamos; a veces, algunos integrantes del núcleo familiar realizan una  critica constructiva.  Por otro lado las tías nunca harán eso.  Las tías, casi siempre, alaban a ojo cerrado lo que sea que hagan sus sobrinos, tal vez porque los ven desde otra barrera y como no son hijos suyos, no tienen por qué preocuparse.

Hoy en día, parece que todos quisiéramos vivir en una sociedad repleta de tías, pues nos morimos por recibir una palmadita en la espalda, y que alguien nos diga que lo estamos haciendo bien.  Me puse a pensar en esto, porque en las últimas semanas varias personas me han enviado invitaciones para que les de un "me gusta" a sus páginas.

Esto hace que me pregunte ¿Debo darle "me gusta" a una página, sólo porque es de un amigo?  Lo interesante sería no esperar ese "amor" fijo, es decir, lo mejor sería proponerle al mundo entero, en el cual por lo general uno se encuentra con  más gente ácida que con  "tías", nuestros planes y/o emprendimientos, y estar dispuestos a recibir cualquier tipo de críticas, por más fuerte que sean.

Los espaldarazos de los extraños valen más que los de amigos y familiares, pues evalúan nuestros proyectos de forma objetiva y sin ataduras emocionales.

martes, 13 de octubre de 2015

Un texto que haga migas mi rebanada de pan.

En estos días he pensado que quiero leer algo que me exprima los sentimientos, el corazón,  o más bien el alma, que parece estar conectada con los primeros dos, en resumen y como se suele decir, un escrito que me de tres vueltas.  

Una vez leí un libro sobre un doctor que intentó pesar el alma.  Su experimento consistía en pesar a un paciente en estado terminal, y estar pendiente del momento de su muerte, es decir de su último respiro, algo de lo que nunca estaremos seguros, pues  ¿cómo saber que nuestra última interacción con el aire es una aspiración o una espiración ? La prueba del doctor dio como resultado que el alma de una persona pesaba lo mismo que una fina rebanada de pan, es decir, unos cuantos gramos.

En fin, el punto es que  quiero enfrentarme ante un texto que me desacomode, que me cuestione y haga cuestionar a las personas, el mundo, la política, familia, religión, personas, el sexo, relaciones, etc. pues plantearnos interrogantes,con o sin solución creo yo, aparte de su objetivo primordial, divertir, es otro de los grandes fines de la lectura.  

No sé por qué, pero creo que voy a encontrar esa sensación en algún libro de Susan Sontag, y también creo que debería leer alguna de sus obras de  no ficción.  Cuando llego a esa conclusión, desisto un poco de la idea, pues, la verdad prefiero la ficción, pues me gusta más que me narren una historia a que saquen conclusiones sobre un tema en particular, a menos que a estas les impongan las vestiduras de  una historia. 

De pronto le daré la oportunidad a Sontag antes de que se acabe este año, pero también dije que se la iba a dar a Tom Clancy, sobre todo porque el juego Splinter Cell está basado en sus libros, pero tampoco lo he hecho, de hecho nunca he tenido un orden estipulado en lo que voy leyendo, sino más bien es pura cuestión de feeling, como dejar que los libros me encuentren en vez de seleccionarlos deliberadamente.

Por el momento seguiré mirando reseñas y comentarios de los libros de Sontag, hasta que me decida por alguno, o llegue cualquier otro y derrumbe todos mis planes de lectura; ya les contaré.

lunes, 12 de octubre de 2015

Ausencia de letras

Esta mañana me desperté a las 5:00 a.m quién sabe por qué.  Creo que fue a causa del calor que tenía.  Saqué una pierda de debajo de la cobija, acción que más o menos alivio esa sensación.  Finalmente no me pude volver a dormir.  Pensé en lo poco que había dormido, pero de nada me sirvió cerrar los ojos nuevamente, pues no logré conciliar el sueño .

Mientras daba vueltas, pensé que más tarde escribiría algo.  Solo pensé en eso pero no sobre lo que iba a escribir.  Fije ese más tarde como las 11 de la mañana, pero a esa hora me bañé y mis planes de escritura por la mañana se truncaron.

Solo hasta hace unos minutos me senté a hacerlo, sin ningún tema en la cabeza.  Eso no me gusta, es decir, me gustaría tener una facilidad extrema para escribir cosas brillantes sobre lo que sea, por ejemplo, el tarro de colores que me regalaron en una feria de algo en corferias, que lleva incorporado un taja-lápiz, y que está sobre mí escritorio.   

Con esos colores paso algo similar que con mi plan de escritura de las 11 de la mañana, apenas me lo regalaron pensé "Voy a dibujar algo en tinta china y luego lo voy a poner color".  Desde ese entonces he hecho un par de dibujos, pero a ninguno le he puesto color, y ahí sigue el tarrito, esperando a ser utilizado.  

El punto es que quería escribir algo, lo que fuera. De pronto los lunes festivos la mente, de cierta forma, se bloquea y se empeña en descansar. De lo que si estoy casi seguro es que en ocasiones las palabras e ideas se encuentran en el momento adecuado y dan paso a textos memorables, y otras simplemente no es así, pero como no sabemos cuando esa suma de casualidades va a ocurrir, por eso  es bueno escribir constantemente, y mucho más cuando no se tienen ganas o ideas.  Debemos hacerle frente a la pantalla en blanco, que nos desafía con la ausencia de letras.

domingo, 11 de octubre de 2015

Sin salida

Jaime vivía en Nueva York.  El año pasado vino a hacerse un tratamiento odontológico y un día vino a mi casa a comer algo.  En la noche, a eso de las 9:00, decidí invitarlo a que nos tomáramos una cerveza.  Cómo la mayoría de sitios estaban cerrados, terminamos en el bar de un hotel y conversamos durante una hora o tal vez un poco más. Fueron dos cervezas las que nos tomamos cada uno.

Recuerdo que en la conversación que tuvimos no tratamos ningún tema profundo o trascendental, básicamente hablamos acerca de su vida y trabajo en Estados Unidos.

El mes pasado, en un día como cualquier otro, Jaime llegó a su casa después del trabajo, y le dijo a su madre que iba a salir a comprarse una hamburguesa porque tenía mucha hambre.  Él Ya sabía que nunca iba a regresar,

 Una vez piso la calle dio inicio a su plan, primero fue al cementerio y botó su celular, no quería que nadie lo contactara.  Luego alquiló una habitación de hotel, escribió una nota para su familia y se ahorcó.

Fue una noticia que me impacto mucho, y aun no dejo de preguntarme  ¿Qué le habrá pasado para que tomara semejante decisión? Está claro que tuvo que ser algo muy fuerte y que desde su punto de vista lo dejo sin salida, pero no dejo de pensar que en cualquier momento se nos puede saltar la palanca de la angustia, lo que nos empujaría a  cometer cualquier tipo de acto. 

Es imposible entender cómo, para otra persona, la vida ya no tienen ningún sentido.

jueves, 8 de octubre de 2015

Batería aérea y VIR

Ayer dos personas captaron mi atención en un momento determinado.  La primera fue un hombre que iba caminando por la séptima, llevaba puestos unos audífonos grandes, un saco rojo y un morral en la espalda.  Mientras caminaba iba tocando una batería aérea imaginaria que tenía al frente.  La escena me llamó la atención porque yo a veces hago eso, claro que este hombre lo hacía con mucha fuerza y determinación impresionante, y parecía que estuviera ejecutando más bien un solo de batería, en vez de simplemente llevar el ritmo de una canción.  Me gustó ver cómo estaba metido su rollo, y lo poco que parecía importarle que lo miraran.  Así debería actuar uno siempre.

Luego, una media hora más tarde, vi a una mujer en un segundo piso que miraba hacia la  calle por la ventana. Al verla me acorde de VIR (Virtually Identifying Relationships) un método para solución de problemas de forma creativa, donde primero se deben seleccionar aleatoriamente varias imágenes que no tengan nada que ver con el problema.  Luego uno debe mirar por la ventana dejando que la mente haga lo que quiera; después, cuando uno ya se cansó  o no quiere mirar más, debe volver a tomar las fotografías, y  escribir lodo tipo de palabras  que aparezcan en la cabeza.

Por último uno debe mirar todas las anotaciones que realizó, y mirar de que forma esas palabras o ideas se conectan con el problema que se desea solucionar.  Era claro que la mujer estaba en la etapa dos del VIR  ¿Qué tipo de problema estaría resolviendo?   

miércoles, 7 de octubre de 2015

Prueba de Tensión

Los ingenieros civiles realizan unas pruebas de tensión que sirven para conocer ciertas propiedades de un material, como su resistencia, rigidez y/o ductilidad, y así probar cuanta y que tipos de fuerza aguanta.

Siempre me ha gustado pensar que, en esencia, somos como un material, a veces blando otras muy resistente, y que a cada rato  diferentes fuerzas del medio: un trabajo, una relación, un lugar, etc. nos aplican fuerzas que nos desestabilizan, exprimen, oprimen, etc. en resumidas cuentas nos generan tensión y/o estrés.  Como consecuencia comenzamos a doblarnos en diferentes aspectos algunos físicos pero sobre todo emocionales.

Aprender a doblarse y saber hasta donde uno aguanta, sólo se consigue a través de prueba y error, pero deberíamos pensar seriamente que tanto estamos dispuestos a doblarnos, por defender eso a lo que cada uno le apuesta.

martes, 6 de octubre de 2015

Intereses torcidos

Ayer, mientras hacía  fila en un banco, uno de los peores planes del universo, saqué el teléfono para ponerme a jugar.  Después de un rato el celador me dijo: "Me colabora con el teléfono por favor"  Detesto las dos primeras palabras de esa frase, las cuales son primas hermanas de, tmbién ls dos primeras de "Me hace el favor", pues siento que a uno le están disfrazando una orden como un favor, en fin. 

Después de que el celador ayudara a sumirme en ese aburrimineto de hacer fila, unos puestos detrás mío, un hombre y una una mujer conversaban.  Al parecer el primero estaba acompañando a su amiga a  pagar algo, digamos que la luz, como por ponerle un nombre a su vuelta.  Mientras hacía fila, pensé que un buen ejercicio de creatividad e innovación se podría formular con la siguiente pregunta:  ¿Qué podrían implementar las instituciones financieras para que las personas se diviertan haciendo vueltas de banco?  Como formulé la pregunta pero no me puse a pensar en posibles respuestas, decidí ponerle atención a la charla del hombre y la mujer.  Ella era la única que hablaba, y el hombre le prestaba atención con una mano en la barbilla, como evaluando todo lo que ella le decía.

De un momento a otro la mujer por fin termino de hablar y el hombre emitió su conepto: "Él mismo no sabe que es lo que quiere".  haciendo referencia a la pareja de la mujer, y de acuerdo a la historia de una pelea que ella le estaba contando.

 ¿Cómo carajos tiene conocimiento su amigo que la pareja de la mujer no sabe lo qué quiere?  ¿Qué le importa a él si sabe o no sabe lo que quiere? A mí me pareció que ella le gusta más que como una simple amiga y está aprovechando cualquier oportunidad que se le presente para meterle ideas extrañas en la cabeza. Que pereza eso, uno puede estar muy tranquilo mientras otros, con ciertos intereses torcidos, hablan mal de lo que sea que hagamos.

lunes, 5 de octubre de 2015

Relatar

Todos, casi literalmente, nos morimos por relatar algo.  Tenemos miles de historias personales, que nos han contado o hemos escuchado, y se vuelve casi un deber compartirlas con alguien, sin importar si es un  extraño. 

El sábado pasado me toco oír una historia que en ningún momento pedí.  Tomé un taxi a eso de las 3:30 p.m, y mi intención era escuchar música, pues creo que se me disparan buenas ideas cuando: Me baño, desayuno camino y/o monto en bus o taxi conectado a mi mp3.

El taxi que tomé lo manejaba un hombre joven, y a los pocos metros después de arrancar, sin ni siquiera darme la oportunidad de ponerme los audífonos comenzó a hablarme.  En muy pocas ocasiones le hablo a los taxistas, y cuando lo hago es porque definitivamente sé que no se van a da a por vencidos.

Íbamos por la 30 y habían muchos militares de la escuela de oficiales caminando.  En ese momento, luego de pensar en hacerme el dormido, yo me había quitado el audífono derecho para escuchar lo que me decía el conductor:

"Lo bueno del ejercito es que a uno le enseñan a ser disciplinado, y la disciplina es la clave del éxito".  Después de esta afirmación le pregunte que si hacer esa carrera sería rentable, me respondió: " ¡Claro! uno como mínimo sale como Sargento Mayor, ganándose 6 palos".  Luego de su comentario que no sé si sea cierto o no, me quede callado, hasta que alguien le entregó un volante de una tienda de muebles.  "Este comedor esta la putería"  y después de eso leyó un copy, más bien flojo, del volante "Muebles y diseño, deja volar tú imaginación".Después de eso siguió exaltando las virtudes de los muebles, mientras yo escuchaba, solo por un oido, Four Sticks de Led Zeppelin.

Al avanzar otro par de cuadras, cuando el Dios de la aleatoreidad le concedió a mi mp3  la canción Leash de Pearl Jam, el taxista comenzó a hablar de los carros parqueados a lado y lado de la calle. "Si yo tuviera una grúa me la pasaría recogiendo carros".  Estuve de acuerdo con su postura, pues vi que realmente sentía rabia contra quienes habían dejado parqueado los carros en la calle, y la verdad no quería generarle algún malestar y que de repente en un ataque de furia, me hiciera el paseo millonario, que habría sido el paseo chichipato porque no llevaba ninguna tarjeta.

Hasta ese momento había anotado sus frases en mí celular, pero de ahí en adelante su narrativa se desbordó y me preocupé más en ponerle atención que en tratar de copiar lo que me decía.  Me contó que su papa era una concha, porque había dejado de trabajar; en ese momento atendió una llamada de la esposa del papá, quien le contó que él había decidido caminar desde la 140 con 19 hasta Fontibón.  El taxista le respondió "no se preocupe que el ya ha caminado y no le va a pasar nada".  Me miró por el espejo retrovisor y me dijo "¿Qué tal esta vieja? dizque lo vaya a recoger, suerte, yo estoy trabajando."

Le pregunté que por qué su papá no cogía un bus, y me respondió que no tenía un mísero peso, que de un momento a otro dejó de trabajar y, a pesar de que el ha querido ayudarle con prestamos e ideas de negocios, él no ha querido hacer nada.

Luego me contó que el ha trabajado desde muy pequeño, y que una vez un señor de una bodega lo cito a las 6 de la mañana. Ese día el le pidió plata prestada a su padrasto "Una chanda de man" y no le quiso dar para el bus; entonces decidió irse caminando. Le llovió, pero a pesar de eso no le incumplió la cita al señor de la bodega.

Luego de eso comenzó a saltar de una historia a otra y las contaba a una velocidad impresionante.  Por último me comentó que algún día le gustaría escribir un libro en el que narraría  toda la historia de su vida.

Cuando me bajé le deseé mucha suerte con su proyecto, sonrió y me dio las gracias. Hay veces que, a pesar de que no tengamos ganas, es bueno dejar que otros nos relaten lo que quieran; muchas veces el acto de contar  historias se convierten en en una válvula de escape que nos ayuda a sobrellevar diferentes problemas y evita que cometamos locuras.

domingo, 4 de octubre de 2015

Agentes Secretos

Terminé de leer una novela, donde uno de los personajes es un agente secreto que a lo largo de su vida cambia de identidad varias veces.  Para su iniciación, o primer trabajo de campo, sus jefes le dicen:


"Escribe los detalles que te gustaría incorporarle, los que creas
que deben formar parte de su personalidad o de su historia.  Lo
que te entregamos es como el esqueleto que usarás a partir de ahora"
- El hombre que amaba a los perros -


Siempre me he preguntado cómo será la vida de esos agentes secretos.  Creo que lo que  hacen debe distar mucho de lo que vemos en las películas, pero me imagino que si deben tener trabajos y misiones importantes y/o peligrosas.

En un momento de la novela, el personaje hace que una francesa se enamoré de una de sus identidades, y la mujer se muere de amor por esa persona que no es más que una fachada. 

 Este tema me hizo pensar,  ¿Cuantas veces hemos actuado como "agentes secretos"? es decir  ¿Cuántas veces hemos adoptado otra conducta, inclusive llegamos a cambiar algunos rasgos de nuestra personalidad, para lograr algo o vernos diferentes ante los ojos de los demás? Creo que deberíamos evaluar cuantos espías tenemos a nuestro alrededor,con cuantos aliados contamos, y en que ocasiones nos hemos convertido en agentes secretos.

"Tiene que ser muy jodido vivir toda tu vida como si fueras otro, diciendo que eres otro, 
y saber que es mejor estar escondido detrás de otro nombre porque sientes vergüenza de ti mismo…
- El hombre que amaba a los perros -

jueves, 1 de octubre de 2015

Sin señal

Prendo el computador y no tengo señal de internet o Wi-Fi que dicen. Miró la mía, 302; como ya lo he dicho, un nombre poco original para una red.  Esta muestra 4 rayas y una última que no está iluminada, pienso que el ícono me mira con burla. 

Aprovecho para darle un vistazo a las otras: PATRICIA, DANIELA, Gladys, mujeres a quienes no conozco. Me pongo a pensar si alguna de ellas será esa mujer con la que me encontré ayer en el ascensor y que me pareció muy sexy. Si me la vuelvo a encontrar la saludaré con un “Hola Daniela”, que de los 3 nombres es el que más me gusta. 

 Sigo mirando el resto de redes: Tech_0016859, digna de un centro de espionaje, 90057589, y otras más, puros nombres planos que no evocan nada. Sólo dos  me parecen algo originales: casita y CAGDA, y otra terriblemente ridícula: chikis. 

Uno parece un imbécil sin  señal WI-Fi a la mano, no podemos funcionar sin internet. Parece que la tecnología no llegó  para facilitarnos las vida, sino a jodernos. 

Deberíamos más bien preocuparnos por dar señales humanas de empatía, generosidad, gratitud, etc. para así conectarnos de una mejor manera con las demás personas. 
  
Llegó la señal, voy a publicar la entrada.