lunes, 7 de diciembre de 2015

Felicidad

El título de este post es muy pretencioso.  Definir la felicidad, debido a la infinidad de variables y estados emocionales que la acompañan, resulta imposible.  De todas formas creo que últimamente la hemos sobrevalorado, y el no estar felices está mal visto.  Despreciamos entonces  la energía creativa que puede estar contenida en la tristeza y dificultades que se nos presentan día a día. 

El fin de semana pasado vi en un parque  a un papá que mecía a su hija en un columpio. La niña que llevaba un vestido rosado y medias blancas  veladas, reía a carcajadas cada vez que su padre la empujaba.  Me parecio que en esa sencilla escena estaba representada la felicidad.

 ¿Por qué si tanto hablamos de felicidad en estos días, a veces nos cuesta tanto encontrarla?  ¿Será que únicamente somos  felices en nuestra niñez? Si es así, deberíamos retomar algunas conductas de esa época.

Uno de los componentes de la felicidad, me imagino, es encontrar placer en todo tipo de actividades, y mucho más en aquellas que, como adultos, calificamos de infantiles o tontas. 


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