Imagine que usted va caminando por ahí, por donde sea, bosque, ciudad, campo abierto, pero digamos que es un lugar que no conoce. Usted sigue un camino claro y definido sobre el suelo, que se encuentra ahí, quizá, gracias a las miles de personas que lo han transitado antes.
Usted camina, pero no tiene muy claro hacia dónde va, pero eso no importa, pues la consigna es caminar. ¿Que quién se la dio? no lo sabe, pero cuando las dudas lo asaltan una y otra vez, eso es lo que se repite mentalmente hasta el cansancio: "No importa", y sólo se concentra en lanzar un pie hacia adelante y al instante intentar alcanzarlo con el otro.
Está en esas cuando la vida, el destino, el universo, dios, el diablo o cualquier fuerza super poderosa en la que crea, decide joderlo, ¿por qué? Porque en un momento su camino llega a un punto en el que se bifurca, pasa de ser una S, con una que otra curvita pronunciada, a una Y.
La consigna de caminar de hace un momento, aunque le traía algunas dudas era fácil de seguir, rutinaria y monótona pero fácil ¿y ahora qué? ¿Izquierda o derecha?. ¿Cómo saber cuál es el indicado?
Hoy, Suponiendo que yo soy usted o que usted soy yo, me aventuraría a tomar el de la derecha, ¿por qué? solo porque sí. ¿A usted cuál lo jala más?
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