11:01 p.m.
Ya debería estar dormido, para que no me cueste tanto levantarme mañana.
El caso es que tenía una deuda con la vida, pues si uno no hace lo que le gusta se queda debiendo y ¿cuándo se lo cobra? De pronto, solo de pronto, en la siguiente reencarnación si es que eso existe y las vidas que uno vive se conectan de alguna manera, y existe la posibilidad de saldar cuentas de vidas pasadas.
De no ser así, debemos aprovechar cobrar todo en esta vida única tan corta, fugaz, efímera, que nos tocó. Detenernos, observar bien y cobrar, de eso, creo se trata en gran parte todo esto de la vida, que a veces resulta tan extraño.
Les decía que le debía a la vida, a la mía por lo menos, escribir algo hoy. A eso de las 8 intenté hacerlo, pero no me salió nada, o bueno si escribí algo, pero lo borré porque me pareció un escrito flojo.
Quizá no debí hacerlo, y dejar reposar lo que había escrito, que madurará como un pernil de jamón serrano a ver si mañana o la siguiente semana me sabía mejor.
Eso es lo que estoy haciendo con un dibujo que comencé ayer. Es una foto de una mujer, una pin-up girl, y alcancé a dibujar su nariz, boca y ojos. La mujer lleva un corset y pestañas, al parecer, postizas.
No continué el dibujo porque, como el escrito de las 8:00 p.m., me pareció flojo, pero si lo dejé reposando.
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