Después de mucho tiempo de sequía creativa, vuelvo a escribir un cuento que me agrada.
Lo que quiero decir es que uno sabe que va por buen camino si no deja de pensar en el texto y en posibles formas de llevarlo a buen puerto o a buen fin. Algo totalmente subjetivo, pero ¿Qué más da?
Eso me pasó con el que acabo de escribir. La primerta decisión importante que tomé, fue no enredarme con los tiempos verbales, ni empezrlo por el clímax y esas estrategias tan enganchadoras, así que lo narré todo en tiempo presente y en orden cronológico.
Aunque suene muy romántico y todo, la trama se fue desenredando solita (Hay quienes dicen que los personajes les hablan y no sé qué más cosas. A mí eso nunca me ha pasado, y como dice Millás, quienes afirman eso tal vez solo o hacen para sonar interesantes)
A lo que me refiero es que mi personaje, sin proponérmelo sufre un cambio importante, pasa de un estado A al B, evoluciona o fracasa y los que saben mucho acerca de contar historias, dicen que ese es uno de los aspectos más importantes.
Yo insisto en que un cuento queda bien si uno se entusiasma y se divierte escribiéndolo. Ahí está todo. Si un texto no genera le genera ninguna emoción a quien lo escribe, lo mejor es borrarlo todo y hurgar la cabeza a ver si se da con una idea que encienda un poco el alma.
No tienen que ser pensamientos brillantes o ideas muy elaboradas (mi cuento trata sobre un tipo que está en una fiesta de grado, y un momento importante de la trama es cuando se levanta a hacer la fila para un buffet y al final le dan unos cubiertos de plástico, algo que lo pone de mal humor)
Apenas es el primer borrador, pero siento que ahí hay algo.
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