Voy a conocer el almacén de IKEA
Es mi primera vez en uno de los almacenes de la cadena Sueca y pues esperaba algo más, no sé. Por alguna razón, mi expectativa era alta. Estoy con mi hermana y aprovechamos para hacer una serie de sketchs bobos en el que uno de los dos es un comprador y el otro el vendedor.
Estamos en la zona de habitaciones, donde todo está arreglado condenadamente bien, y mi hermana eleva su bobada al máximo y dice cosas del siguiente estilo: "Como puede ver, pasamos de la cocina al baño en un abrir y cerrar de ojos, y si da otros pasos más está en la sala". Nos reímos de nuestras pendejadas y otros compradores nos miran raro. No puedo evitar acordarme de la escena de viviendo en Ikea de 500 days with Summer.
Muchos de los objetos que me llaman la atención no están a la venta, sino que hacen parte de la decoración. En particular, me gustan unas libretas de tapa dura que están en la mayoría de los escritorios y muebles.
Decido abrir una y en sus primeras páginas me encuentro con un dibujo garabateado, al parecer de una niña, y en la parte superior está firmado: Antonella Gómez Marulanda. 2023.
Paso unas páginas y me encuentro con otro mensaje. Es como si la libreta hubiera sido el libro de visitas de quién sabe qué IKEA. Este lleva un usuario de Instagram y al lado dice: “Text me ‘Hi Cat' if you read this”.
Pienso en anotar algo en otra hoja, ¿qué? lo que sea, como para continuar con la tradición, pero hay mucho personal del almacén rondando y al final decido no hacerlo.
Será enviar el Hi Cat a esa cuenta a ver qué me responden.
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