sábado, 30 de abril de 2016

Leer para no tener hijos

Todos los días uno se encuentra con  cualquier cantidad de estupideces en internet.  Lo mejor es no prestarles atención y dejar que resbalen, pero hay unas con las que dan muchas ganas de abofetear a la humanidad entera.  Hoy alguien compartió una foto que dice:

"Leer evitará que creas que tener hijos es lo
 mejor que pueda pasarte en la vida"

Semejantes taradeces me hacen pensar que no sería tan malo que un asteroide desintegre nuestra existencia.  ¿Cómo demonios afirman que leer evitará que uno crea eso?,  ¿Con qué derecho se recuestan sobre la lectura, una de las actividades más puras de la existencia humana, para utilizar ese tufillo intelectual y juzgador? 

No sé por qué nos cuesta tanto entender que si unos quieren algo, otros pueden querer lo exactamente opuesto.  Maldita sea nuestra intolerancia, desgraciado nuestro único y pobre punto de vista. 

 A algunos le gustan los youtubers a otros, como a mí, no; a unos les gusta Petro a otros no; lo mismo con Peñalosa, a unos le gusta piense cualquier cosa y a otros no, así hasta llegar a que a unos los hijos le parecen lo máximo en la vida y a otros no; pero lo que a uno le parezca, solo por ese hecho, no se convierte en verdad absoluta. 

No sé para que me desgasto escribiendo sobre esto si ya personajes ilustres como Paul McCartney  lo han dicho: "Live and Let Die". Así y todo continuamos sordos e inmersos en nuestras paranoias y demás delirios mentales.

"Isn’t doing whatever you want, whatever you enjoy, 
whatever brings you pleasure, one of the greatest gifts that
 life has to offer?"
- Let Him Rest, was Gabo an Irishman -

viernes, 29 de abril de 2016

12 años

12 años pasaron para volver a encontrarme con la flaca, apodo que de inmediato me trae a la cabeza la canción de Jarabe de Palo, con la diferencia de que  no daría lo que fuera por uno de sus besos.  Es una gran amiga.  

Una jarra de cerveza nos soltó la lengua y tratamos de actualizarnos en todo lo que ha pasado en nuestras vidas en ese tiempo.  Al final, como suele suceder, las historias sobrepasaron a la bebida, y mientras caminábamos con unas fastidiosas  gotas de lluvia que nos golpeaban la cabeza, no encontramos ningún lugar abierto, para esperar concluir una de esas charlas que no tienen fin.

Era Jueves, o Juernes como a veces se le dice tontamente, pero el sector por el que caminábamos parecía un pueblo fantasma.  De seguro nos faltaron muchos temas por tocar, pero me gusta cuando uno vuelve a ver con una persona después de mucho tiempo, y parece que tan solo hubieran pasado un par de horas dese el último encuentro.

Todavía no logro ubicar en mis recuerdos esa parranda vallenata en su apartamento, al que no le cabía una persona más, pero, a futuro, vislumbro más jarras de cerveza con ella.

miércoles, 27 de abril de 2016

Tsundoku

Otra palabra japonesa imposible de traducir, que se deriva de Tsumu (apilar) y Doku (leer), y que hace referencia al acto de comprar libros y apilarlos.  

Mi biblioteca es más bien pequeña y aunque no presento Tsundoku crónico, si se puede utilizar tal expresión,  me aterra pensar en desprenderme de algún libro. También me da ligera angustia al saber que no voy a poder leer todo lo que quiero en lo que me queda de vida, y que nunca conoceré novelas fascinantes que fueron escritas mucho antes de haber nacido.

Supongamos que alguien por X o Y razón, qué sé yo,  ganarse el baloto sin comprarlo, por ejemplo, se puede dedicar a leer libros. En esa situación ideal estimo que uno se podría leer 3 libros por semana, lo que equivale a 156 libros al año.  También supongamos que esa persona esquiva a la muerte hasta los 80 años, a y que a  esa edad todavía le funcionan los ojos.  Para reforzar la fantasía, también piense,  estimado lector, que el personaje ni siquiera se  va despegar de los libros  en su lecho de muerte.

Dadas esas condiciones el número de libros leídos por esa persona a lo largo de su vida  ascendería aproximadamente a 10608, teniendo en cuenta que el personaje se aficionó a la lectura de forma enfermiza desde los 12 años.  También debemos suponer que adquirió una herencia, porque no creo que a las personas de esa edad les interese comprar el baloto.

Imagino entonces al individuo de la situación que describo, rodeado de miles de libros, leyendo el  libro número 10609, en una escena muy romántica en la cual termina el libro justo cuando exhala su último aliento, en fin.

La pregunta es ¿Para qué atesorar los libros?  Está claro que algunos poseen, más allá de relatos, un valor y significado emocional que solemos darles a los objetos, pero no todos pueden significar lo mismo. Alguien tal vez podría responder "Pues para volverlos a leer", pero  ¿a quién se le ocurre releer libros con todo lo que hace falta por leer y con la chicharra de la muerte a punto de sonar en cualquier momento? 

Hace dos años fui a una reunión de intercambio de libros.  La idea era llevar un libro que a uno le hubiera gustado mucho  y que de cierta forma doliera desprenderse de el.  Al principio dudé mucho  sobre cual llevar y pensé en deshacerme de uno que no me hubiera gustado tanto. Al final cambié de opinión y llevé el Sputnik Sweetheart, que es la novela de Murakami que más me ha gustado hasta el momento. 

¿Cuál será realmente el placer que encontramos en el, o al Tsundoku?

martes, 26 de abril de 2016

Paranoia

Pinche acá para escuchar la banda sonora de este post. (Mejor dele clic derecho/abrir en una pestaña nueva estimado lector)
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"Deje de ser paranoico (a)" es una frase que me han dicho y que también he utilizado varias veces. Como ya lo he dicho todos estamos fritos de la cabeza y utilizamos el trabajo, la religión, el sexo, el estudio, el deporte, y otras válvulas de escape para que no se nos note. 

Entre los diferentes estados mentales que, aunque no nos demos cuenta, experimentamos se encuentra la paranoia. De un día para otro cambiamos nuestra manera  habitual de comportarnos con las personas, independiente de si son amigos de toda la vida,  nuevos o viejos conocidos.  

De repente nos crecen ciertas ideas en la cabeza y le cogemos rabia a las personas y a la existencia entera, sólo porque sí, porque a la larga  nos domina  más un cóctel  de hormonas e impulsos cerebrales que nuestra voluntad.

Cuando algo no nos sale bien, y luego de cogerle rabia al mundo entero, nos refugiamos en la paranoia.  Nos llenamos la cabeza de hechos que no existen, y nos contamos cualquier cantidad de historias.

Las historias que nos contamos falsas o ciertas, siempre 
son reales.  Actuamos de acuerdo a su realidad. 
- Maria Popova -

Tal vez lo mejor que podemos hacer, así nos duela, es dejar que esas ideas paranoicas nos resbalen; algo jodido pero ahí se encuentra el quid del asunto.

lunes, 25 de abril de 2016

De mejillas y uppercuts

La frase bíblica indica que si a uno le pegan en una mejilla debe poner la otra para recibir otro golpe.  Lo complicado de este acto de humildad, si se le puede llamar de tal forma, es que no sabemos si va a ser suficiente para nuestro contrincante,  o si de paso debemos poner otras partes del cuerpo para que nos sigan machacando a puñetazos.

Puede que usted, estimado lector, sea lo suficientemente ágil, y con un reflejo tipo ninja evite ese primer golpe, bien sea físicamente o a través de su discurso.  En ese caso la torta se voltea, pues usted,  después del bloqueo, puede contestar agresivamente el ataque y ser el que golpea la mejilla por primera vez.  Dependiendo de la técnica y fuerza de su golpe, su contrincante caerá noqueado a la lona (resulta obvio que, a menos de que usted sea boxeador, no caerá en tal superficie,  sólo quería utilizar esa palabra) o trastabillará un par de pasos hacia atrás, pondrá la otra mejilla o se abalanzará en contra suya.  Estos son tan solo uno de los múltiples puntos de trama (cualquier acontecimiento que envía a una narrativa en una nueva dirección) presentes en tal situación.

El punto es que debemos aprender a identificar qué situaciones no ameritan "poner la mejilla" sino contraatacar, acción, en este caso, que dista mucho de ser resentido. En esos casos después de haber recibido el golpe en una mejilla, en caso de no ser noqueados y aprovechando el descuido en la guardia del contrincante debemos lanzar un uppercut certero.  Si se llega a conectar en la quijada, podría darse por saldado el asunto ya sea por knock Out o porque el contrincante no cuenta con más quijadas que poner a disposición de nuestros golpes. 

miércoles, 20 de abril de 2016

Alcancía de libros

Una alcancía de libros sería algo completamente ridículo.  Tendría que ser un artefacto muy grande y  no tendría ningún sentido ahorrar libros, aunque de cierta forma eso es lo que uno hace: atesorar libros porque  siempre estamos colgados en la lectura, y a pesar de eso se compran más, cómo si los que no se han leído  fueran a desaparecer de un momento a otro.

Este año había pensado en no ir a la feria del libro. "¿Para qué  voy a gastar plata y a atiborrarme de libros, si tengo bastantes que no he leído y puedo comprarlos en cualquier momento del año, de forma pausada y tranquila?", pensé, si es que esa conducta existe para la compra de libros. 

Ese era mi plan, hasta que mi hermano me propuso ir a la feria. Todo mi raciocinio se fue al piso, y fue ahí donde  la alcancía de libros entró, para despejar los resquicios de dudas financieras, en el panorama. Es una alcancía que tengo hace bastante, y desde hace tres años adquirió su estatus de alcancía de libros, y cada moneda qué ha contenido equivale a $500 o $1000 de un libro.  

Como siempre iré a comprar, mirar y antojarme de muchos libros.  Cuando la abandone, con más libros de los que inicialmente había pensado adquirir, pensaré, como siempre, que en algún stand dejé olvidado ese libro destinado sólo para mi.  

Larga vida a la alcancía de libros.

martes, 19 de abril de 2016

Sexto sentido

A Camilo le apasiona todo lo relacionado con crecimiento personal, sin  llegar a caer en las arenas movedizas de la espiritualidad de bolsillo y el porno motivacional. Aspira, algún día, a entender en su totalidad de que manera aprenden las personas.  

Hace un tiempo Carlos, que tiene una empresa familiar que dicta cursos relacionados con esos temas, lo buscó desesperadamente para hacerle una propuesta de trabajo o más bien una alianza estratégica.  Camilo, sin tener una explicación lógica, decidió confiar en su sexto sentido, intuición, pálpito, llámelo como quiera y decidió declinar la propuesta pero no le dijo nada a Carlos, simplemente quería adoptar esa estrategia de alejamiento a la que muchas veces apelamos cuando sentimos que hay gato encerrado y algo simplemente no cuadra, sensación que se puede traducir en la conocida frase: "De eso tan bueno no dan tanto".  

Carlos continuó buscándolo, incluso le envió una carta, hasta que un día Camilo le tuvo que decir que lo dejara en paz pues no tenía interés alguno en su propuesta.  

Camilo siente que Carlos es una persona que en este momento de su vida no le aporta nada.  Una vez le hizo caso a su corazonada experimento eso que llamamos "fresquito", que es el máximo nivel de tranquilidad.

lunes, 18 de abril de 2016

Sobre leptones y quarks

"Hay seis leptones (electrón, muón, tau, neutrino del electrón, neutrino del muón y neutrino del tau) y seis quarks (quark up (u) quark down (d), quark charm (c), quark extraño (s), quark bottom (b) y quark top (t) ). Sin embargo, los quarks tienen una propiedad llamada color3 y cada uno puede presentar tres colores (rojo, verde y azul). Hay, por tanto, 18 quarks. Pero, como a cada partícula le corresponde una antipartícula4 , existirían en total 12 leptones y 36 quarks." 

Si todavía continúa leyendo, el párrafo anterior lo saqué de un documento que trata sobre física de partículas.  Para un científico que trabaje en ese campo o rama de la física, si se le pude llamar así, es posible que esa información resulte imprescindible para su vida, y tal vez quiera transmitir ese conocimiento a la mayoría de personas posible. 

De acuerdo a la información, puedo decir, muy a la ligera, que, al parecer, los neutrinos parecen presentar una mística Oriental, es decir, siento que si hay uno del tau y otro del muón es como decir que uno representa el ying y otro el yang.

Los quarks, con sus características charm, bottom, down y top, tienen más bien pinta occidental, y vaya usted a saber si es bueno o no en ese mundo, ser un quark extraño.  En el nuestro está claro que a veces no es así: una persona puede tener charm, estar down o irse al bottom, pero es bien diferente experimentar una de esas vicisitudes (buena palabra esta) de la vida, a ser tildado de extraño; aunque existen algunas personas que se ufanan de ser raros, en fin. 

Queda claro qué la propiedad color3 de los quarks evidencia el conflicto en el que se encuentran inmersos, pues a pesar de sus ganas de accidentalidad, el color rojo, verde y azul bien podría indicar que los quarks pertenecen a la República Democrática de Azerbaiyán, de acuerdo al color de la bandera, , y entonces hasta ahí les llegó lo gringos.

Más allá de esas tonterías que concluí acerca de los quarks y los leptones, el punto,  es que a veces es mejor tragarnos eso que consideramos muy importante en nuestras vidas, y más bien mirar como podemos acoplar nuestro conocimiento a lo que es importante para otras personas, es decir, muchas de las veces que hablamos, las personas sólo esperan que nos metamos nuestros leptones y quarks donde mejor nos quepan. 

domingo, 17 de abril de 2016

Despedirse

Decir adiós siempre será duro.  No el adiós de un día para otro sino ese hasta luego que sabemos va a durar mucho tiempo.  

Familia colombiana en despedida eterna
Un lugar que presenta esa situación con frecuencia y que ocupa un puesto en el top 3 de mis lugares favoritos de la ciudad es el aeropuerto;  sinónimo de despedida, de abrazos que se repiten porque solo dar uno nunca será suficiente.  También es un lugar que implica cambio, tanto para ese que va a convertirse en forastero, como para el que se queda, pues de alguna manera ese vacío que deja la despedida modificará, por más imperceptible que sea, las dinámicas de vida.

Despedirse implica soltar, dejar de aferrarnos a algo o a alguien, y a la vez valida que todo en la vida es metamorfosis y movimiento.  Definitivamente hay algo bueno en la nostalgia  ligada a las despedidas.

Farewells are so strange. There’s something terrifying, deadly, about
 them, and yet they awaken a desperate urge to live. Perhaps farewells create new
 territories, or they send us back to the only territory that truly belongs to us, that of solitude. It is as though we needed to go back there from time to time, to draw a line and say: I came from here, this was me, what sort of person am I?"
- Traveler of the Century -

jueves, 14 de abril de 2016

Morir sin nacer

Jorge Rubio Marroquín está muerto.  Del señor Rubio sólo sé que murió en Noviembre 2 de 1942.  Eso es lo que decía su lápida en el cementerio, es decir, era la única fecha que aparecía, y sería un sin sentido pensar que es una distinta a la de su muerte.

 ¿Que pasó con la fecha de nacimiento de Jorge Rubio?  ¿simplemente se les olvido ponerla en la lápida?  ¿Murió sólo y abandonado, con un alzheimer tan avanzado que ya no recordaba su fecha de nacimiento?  ¿Sabían quienes estaban cerca de él que corría con peligro de muerte como para averiguar aquel dato?

El primer resultado de los cerca de 351.000 que arroja google al buscar ese nombre, dice que la fecha de nacimiento de él o un homónimo es imprecisa. Es él, pensé por un momento, y sería probable si su segundo apellido fuera MacLeod, pues el rango de años de su posible nacimiento va de 1803 a 1865.

Algunos, como Jorge Rubio Marroquín mueren sin haber nacido, otros mueren cuando menos se espera y también existen quienes van por la vida medio muertos.

miércoles, 13 de abril de 2016

Conversing

Me compro un capuchino, en un local muy pequeño que queda cerca a mí casa.  Me pongo a hojear una revista, se le acaban las páginas. Decido leer  y saco el libo de turno. Al rato llegan dos ejecutivas y piden también capuchinos. 

Hablan, como la mayoría de personas en su hora de almuerzo, sobre su trabajo; que mala costumbre esa, no  la de trabajar sino  no tener otro tema de conversación.  Una menciona a un fulano y la otra le responde "¿Pero acaso él no era el controller?, porque hasta donde yo tenía entendido Mario era el CIEFOU, pero hacía más bien sus veces de planning head.

 ¿Por qué tendremos esa manía de utilizar palabras en inglés cuando conversamos?  ¿por qué no las pronunciamos en español? Un jefe que tuve hacía eso y uno de sus dichos favoritos era preguntar "¿Cristalino?"(crystal clear?).  Tal vez, en ocasiones, sonaría muy raro, pero sería más divertido, evocaría mas recuerdos y generaría más emociones. Tomemos como ejemplo la conversación de las mujeres:

" ¿Acaso él no era el controlador? porque hasta donde yo tenía entendido Mario era el jefe de finanzas, pero hacía más bien sus veces de cabeza de planificación.  

Nunca vamos a conseguir ese supuesto estatus que deseamos, solo por disparar, en una conversación, un par de palabras en otro idioma.  

martes, 12 de abril de 2016

Regalos y sugerencias

"Buenas tardes, por favor me comunica con el señor Juan Manuel Rodríguez"
"Si con el habla,  ¿de parte de quién?"

Inmeditamente identifiqué que me querían ofrecer algo, lo más probable un producto o servicio el cual no tengo ni el más mínimo interés en adquirir. No quería que un extraño me tildara  de pinche pendejo, así que  con el final de mi frase no pretendía pasarle   mi otro yo al señor que llamo, sino evidenciar mi molestia con la llamada.

"buenas tardes Sr. Rodríguez, lo llamamos de ingrese aquí cualquier entidad financiera. Quiero darle la grata noticia que le hemos expedido una nueva tarjeta de crédito platinum con más cupo del que tiene actualmente y se la podemos llevar a su casa en cualquier momento. "¡Ay! tan queridos".

"Señor no estoy interesado en tener más cupo, es más quiero reducir el cupo que tengo actualmente"
"Ahh ya señor Rodríguez  ¿Puedo saber por qué lo quiere hacer?
"Sapito no"
"Solo quiero hacerlo y ya"
"Ahh ya, también quiero informarle que puede comprar cartera de otros bancos"
"¿Cómo carajos cree saber lo que quiero o necesito?"
"No, muchas gracias."

Al mediodia el aguacero trunca mis planes de almuerzo, así que termino almorzando a eso de las tres de la tarde.  Pido una Coca-cola y le pregunto a la mesera que si la tienen al clima. "Ya le averiguo" me responde.

Al rato va nuevamente a mi mesa y me dice "No, solo la tenemos fría, pero puedo traerle un jugo de mandarina ¿si?,  ¿Se lo traigo?  ¿si?, ¿un juguito?. 

"Calmada" 

"Mejor tráigame la gaseosa fría, no importa".

Me imagino que a lo largo del día otros par de personas pensaron regalarme o recomendarme algo que creen que necesito pero simplemente no lograron comunicarse conmigo.

lunes, 11 de abril de 2016

AAAAAAAAAAAAAAAA

Hoy fui al banco y después de digitar mi número de cédula en una pantalla, la máquina me botó el turno A16.  A la sucursal a la que fui no es necesario hacer fila sino que cada persona se sienta donde quiere y espera a que una voz femenina anuncie su turno.  

Está claro que un sistema reproduce la  voz de una mujer, que se escucha fuerte y claro a través de unos parlantes pero es tan natural y cero robotica, que a veces pienso que tienen a esa mujer ubicada en algún lugar de la oficina leyendo turnos.  De pronto es una especie de castigo para la persona que llega más tarde al trabajo, pero entonces sería una oficina un poco machista pues siempre le toca a una mujer, o simplemente es un indicio de que los hombres llegan más temprano al trabajo que las mujeres.

Mientras las cajeras atendían unos turnos largos, me dio por pensar que A16 es una especie de señal divina.   ¿Cómo la debo interpretar?, ni modo saberlo;  por ejemplo, podría fijarme de ahora en adelante que información contiene esa casilla cuando trabaje archivos en Excel. 

 Por el momento pienso guardar el turno en mi billetera, a manera de amuleto de buena suerte o mirar si lo puedo utilizar en una próxima visita al banco.

viernes, 8 de abril de 2016

Viernes de Dolores

O. M, una buena amiga, ha tomado como costumbre traerme, de regalo,  libros de escritores nacidos en los  los países que visita. Cuando estuvo en Cuba me trajo "De las pequeñas cosas" de Antón Arrufat.

Hace poco llegó de Guatemala y quedamos de vernos para ir a la miniferia de libros, plan que resulto en un fracaso, pues mencionar que se venden libros a $5000 es como decir, guardando las debidas proporciones, que se ofrece cerveza a $500, y la afluencia de público y las largas filas hicieron que desistiéramos  de nuestro plan.  

Cuando ya nos ibamos, me dijo que me había traído un regalo.  Cuando la acompañe al carro, me entregó "Viernes de Dolores" del escritor, periodista, diplomático Guatemalteco y premio Nobel de literatura Miguel Ángel Asturias.

El título de la novela me intriga mucho. Hoy en la tarde, me fui a tomar un café y decidí comenzar a leer el libro.  Después de comprarlo, y buscar una mesa que no estuviera mojada, comencé a trabajarlo.  Digo trabajarlo, porque siempre habrá algo de misterio y lucha al comenzar a leer y descifrar la narrativa de un autor del que uno no había escuchado nada.  Tenía pensado comenzar el primer libro de la tetralogía de Elena Ferrante, pero por alguna razón cayó en mis manos el Viernes de Dolores y creo que debo prestarle atención, ya habrá tiempo este año para sumergirme en la literatura de la escritora/escritor italiano(a).

Justo después de que me senté, la mesa de la derecha la ocupo un grupo de personas;  un hombre con un pantalón amarillo, camiseta naranja y un saco azul enroscado en el cuello a manera de bufanda, una  mujer que llevaba una chaqueta roja como de motociclista y la otra que quedo de espaldas a mí, llevaba puesta una chaqueta desgastada de jean y un pantalón negro. Todo iba bien hasta que la mujer de la chaqueta de Jean comenzó a fumar.  No soporto el olor a cigarrillo, así que después de dudar por un momento, decidí tocarle la espalda con la yema de los  dedos; apenas se volteó le dije:

"¿Puedes apagar el cigarrillo por favor?"
La mujer me sostuvo la mirada por un par de segundos y con los ojos vidriosos y la voz quebrada me respondió: "De verdad lo necesito, solo me voy a fumar este"
"Bueno" le dije, tratando de transmitirle algo de calma con mi escueta respuesta

He oído que el cigarrillo ayuda a controlar los nervios, y pues al parecer la mujer se encontraba en ese estado.  Hasta ahí llegó  mi lectura, pues de ahí en adelante me dediqué a escuchar su conversación, pues quería saber porque necesitaba, tan desesperadamente, fumarse un cigarrillo.

Al poco tiempo me enteré de lo que le había pasado: La habían despedido.  No supe exactamente cual fue el incidente, pero la mujer, que trabajaba en una agencia de publicidad, tenía roces con su jefe y hoy esta, sin previo aviso o advertencia la echó al caer la tarde. No me gustaría estar en los zapatos de la fumadora este Domingo a eso de las 6 de la tarde.

La mujer estaba muy preocupada y repetía a cada rato " ¿Qué le voy a decir  mi papá?, sus amigos trataban de calmarla y acudieron a los clichés que se utilizan en esas situaciones:

"Dios sabe como hace sus cosas
"lo mismo le paso a fulanito y hoy está mucho mejor"
"Las cosas pasan por algo"  no puedo negar que me me dieron ganas de decir en voz alta"Si, por algo que uno hizo o dejo de hacer".

La otra mujer y el hombre le decían que había actuado súper bien, pero ella insistía en que le habría gustado ser un poco grosera, el hombre subió la voz y le regalo otra perla verbal al mejor estilo de Pablo Coelho:

"No hay mejor bofetada que la decencia"

Al final se despidieron y se abrazaron, y el hombre habló nuevamente ; "Bueno, yo me tengo que ir pero fresca mamasita que acá estamos" y concluyo su frase nuevamente haciendo referencia a dios.  Queda claro  que si existen los viernes de dolores.

jueves, 7 de abril de 2016

Escopeta

Nunca me han atraído las armas de fuego; más que respeto les tengo miedo.  Hace muchos años acompañe al novio, ahora esposo, de una prima y a ella a una finca a  practicar tiro al plato.  Esa vez fuimos con un primo que se llama Edgar con el que me veo cada siglo. 

Cuando llegamos al lugar y luego de que  prepararan la máquina que dispara los discos de barro, el esposo de mi prima me dejo sostener la escopeta.  no recuerdo habérsela pedido, sino que el el debía ponerse un chaleco para comenzar la práctica y me pidió el favor .

Yo, haciendo alarde de taradez infantil, agarré la escopeta, llamé a Edgar y le apunté.  El esposo de mi prima se dio cuenta de eso, me grito "¿Qué está haciendo?" y me rapó el arma.  Nunca voy a olvidar su mirada de mal genio que sólo decía "chino güevón". Una vez agarró el arma, me dijo "Nunca le apunte con un arma de fuego a una persona".

"A no ser que se trate de un caso de emergencia, cuando cojas, 
entregues o transportes un arma de fuego, es fundamental que 
la lleves descargada. Y cuando veas una, es fundamental que 
te comportes como si estuviera cargada."
- IQ84 -

miércoles, 6 de abril de 2016

Narratólogo

Hoy,  debido a una alineación de planetas en la galaxia El Triangulo M33, ordené unos papeles y mis discos compactos. Cuando estaba rompiendo unas hojas, di con una suelta de una libreta vieja, que tiene, en desorden, varias anotaciones en cajitas a maneras de comentarios, una manía de tomar notas que adquirí hace un par de años.  Las leí por encima y decidí guardar el pedazo de papel, pues hubo algunas que me llamaron la atención, por ejemplo, "Roland Barthes Narratólogo."

 ¿Qué hace un narratólogo? me imagino que debe ser una persona con un profundo conocimiento sobre narrativa, la manera como se estructuran y componen los relatos y la forma en que estos moldean no sólo al ser humano sino también las culturas.

Me gustaría llegar a tener ese título algún día, poder responder "soy narratólogo", a la pregunta "¿Usted quién es? A la larga creo que eso nos hace mucha falta, poder fusionar lo que hacemos y lo qué en el fondo realmente sentimos que somos, lograr llegar a un acuerdo entre nuestras múltiples identidades.

"Narrative, especially fictional narrative, is a simulation, 
like a computer simulation, but one that runs on minds"
- Narrative Impact -

martes, 5 de abril de 2016

A transpuesta

Estaba en cuarto semestre y tenía un parcial de álgebra Lineal.  Me había tirado esa berraca materia, y a pesar de estar repitiéndola sentía que no sabía nada. Para unos ejercicios con matrices era necesario saber unas fórmulas.  Para un parcial sentí que mí cabeza no iba a funcionar y decidí copiarlas en una hoja pequeña, de esas que regalan en los bancos y que sirven para anotar una lista pequeña de mercado, un número de teléfono, o bien fórmulas matemáticas.

La berraca matriz esa, que es el resultado de cambiar las  filas por las columnas de la matriz original,  cuenta con un montón de fórmulas llamémoslas cara e' chimba, que se utilizan para  unas demostraciones que de nada sirven en la vida. por ejemplo:

(α ·A)t = α· At 
(A · B)t = Bt · At

Como tenía nervios y las confundía con frecuencia, las anote juiciosamente en el papelito como si después del exámen fuera a ir al supermercado a pedir tres libras de matrices transpuestas.  El día del parcial llegué al salón y ya habían organizado las sillas en filas e hileras.  Saqué la hoja de examen y en un movimiento rápido introduje  dentro el papelito con las fórmulas.

Imagino que de puro reflejo me eché la bendición, y vi que la profesora estaba  inspeccionando que no hubiera nada raro en cada puesto.  Cuando llegó al mio, al parecer notó mis nervios y levantó la hoja de examen en un movimiento fuerte.  El papelito de las formulas salio volando y ambos lo seguimos con la mirada; parecía una pluma  a merced del viento. Cuando por fin tocó el suelo la profesora me preguntó:

"Qué es eso?" y yo actuando lo más cool posible cómo sin darle importancia a su pregunta y el incidente, le respondí: "Ahh, unas fórmulas", ni modo responderle que era una lista de mercado.  "guarde eso, por favor" me dijo, y continuo con la revisión de los puestos.

No recuerdo como me fue en ese parcial, me imagino que mal, porque las copias así no sirvan de a mucho por lo menos dan una falsa sensación de seguridad.

lunes, 4 de abril de 2016

Sacar cosas de la cabeza

Al llegar a las escaleras coincido con dos hombres que están en un curso de Novela Corta en el salón de al lado.  Uno le dice al otro "Si el motivo de uno para escribir es la plata, uno nunca escribiría.  Uno escribe para sacar cosas de la cabeza."

Quise participar en la conversación e incentivar al hombre a que siguiera hablando pero no lo hice, luego los perdí de vista. El resto del día pensé en su frase: "Uno escribe para sacar cosas de la cabeza".

La frase, sin llegar a ser pretenciosa, es una de esas perlas de sabiduría urbana con las que a veces uno se topa en la calle.  Algunos dirán que es obvia y si, lo es,  pero en ello radica su fuerza.

De las múltiples válvulas de escape que empleamos para no enloquecer, escribir, es sin duda una de las mejores.  Otros se entregarán al trago, el sexo, la política, , rajar del prójimo, la droga, el fútbol, etc.  Escribir les lleva un poco de ventaja a todas esas conductas, pues al mismo tiempo que se sacan cosas de la cabeza, también se hacen las paces con estás.

“Él estaba probando un bisturí eléctrico sobre un filete de vaca.
De súbito me dijo: "Fíjate, Juanjo, cauteriza la herida
En el momento mismo de producirla."  Comprendí que la escritura,
Como el bisturí de mi padre, cicatrizaba las heridas en el instante
De abrirlas e intuí por qué era escritor.”
– Juan José Millás, El Mundo –    

viernes, 1 de abril de 2016

Dispersarse

A pesar de la connotación negativa que puede tener esa actitud, ser disperso, prestar la atención a diferentes cosas al mismo tiempo y a la vez a nada, o experimentar episodios de dispersión, tiene sus ventajas.

Muchas veces, el cerebro, las emociones y hormonas nos juegan una mala pasada y nos subimos a la montaña rusa de los estados de ánimo.  A la larga creo que todos somos bipolares, sino que nos da miedo aceptarlo.  

Hoy en un momento del día me ocurrió eso.  No sé qué sensación o recuerdo activó una amoción negativa y comencé a darme palo mental con toda. Apenas intentaba sacar una excusa otro pensamiento podrido tomaba el control para que siguiera sintiéndome mserable.  En medio de eso, me distraje con algo, una página de internet, un apunte de mi libreta, la letra de una canción que llegó a mí cabeza, un ritmo de batería que ejecuté sobre unos tambores imaginarios, ya no me acuerdo qué fue, y volqué toda mi atención hacia eso.  

Gracias a ese episodio de dispersión logré echar todos los pensamientos negativos a la papelera de reciclaje de mi cabeza.  Como los desgraciados se restauran solitos, no me queda otra que refinar el arte de la dispersión.