"Buenas tardes, por favor me comunica con el señor Juan Manuel Rodríguez"
"Si con el habla, ¿de parte de quién?"
Inmeditamente identifiqué que me querían ofrecer algo, lo más probable un producto o servicio el cual no tengo ni el más mínimo interés en adquirir. No quería que un extraño me tildara de pinche pendejo, así que con el final de mi frase no pretendía pasarle mi otro yo al señor que llamo, sino evidenciar mi molestia con la llamada.
"buenas tardes Sr. Rodríguez, lo llamamos de ingrese aquí cualquier entidad financiera. Quiero darle la grata noticia que le hemos expedido una nueva tarjeta de crédito platinum con más cupo del que tiene actualmente y se la podemos llevar a su casa en cualquier momento. "¡Ay! tan queridos".
"Señor no estoy interesado en tener más cupo, es más quiero reducir el cupo que tengo actualmente"
"Ahh ya señor Rodríguez ¿Puedo saber por qué lo quiere hacer?
"Sapito no"
"Solo quiero hacerlo y ya"
"Ahh ya, también quiero informarle que puede comprar cartera de otros bancos"
"¿Cómo carajos cree saber lo que quiero o necesito?"
"No, muchas gracias."
Al mediodia el aguacero trunca mis planes de almuerzo, así que termino almorzando a eso de las tres de la tarde. Pido una Coca-cola y le pregunto a la mesera que si la tienen al clima. "Ya le averiguo" me responde.
Al rato va nuevamente a mi mesa y me dice "No, solo la tenemos fría, pero puedo traerle un jugo de mandarina ¿si?, ¿Se lo traigo? ¿si?, ¿un juguito?.
"Calmada"
"Mejor tráigame la gaseosa fría, no importa".
Me imagino que a lo largo del día otros par de personas pensaron regalarme o recomendarme algo que creen que necesito pero simplemente no lograron comunicarse conmigo.
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