Natalia García lleva una semana con una gripa endemoniada. A ratos piensa que es la paciente 0 de un virus que lentamente se incuba en ella y que, luego de acabarla, arrasará con la raza humana. Un hilillo de agua le empieza a escurrir por la nariz, toma el rollo de papel higiénico de su mesita de noche y en un par de movimientos ágiles corta un trozo. Para Natalia, la medida de papel para sonarse debe ser exacta, si no, bota el pedazo que acaba de cortar y repite la operación hasta dar con uno que tenga la medida adecuada según ella.
Le molesta la luz que logra colarse la persiana, una luz pálida, sin fuerza, parece cansada. Afuera la lluvia golpea con furias las calles “Cómo me voy a curar con este maldito clima, que se acabe el puto mundo”, piensa.
Ahora le incomoda el desorden sobre su escritorio: un portavasos con un símbolo japonés, una libreta con apuntes desordenados y frenéticos. Lee uno: “De donde Jeremy, historia de la abuela, perfil” dice. No le encuentra el sentido, pero sabe que se trata de una nota que va a escribir sobre un racista loco de estados unidos que, sin motivo aparente, acuchillo a dos personas en un tren. “Puto mundo” piensa de nuevo.
Ese tipo de sucesos la animan a pensar que la gripa que tiene, dentro de poco se va a transformar en un virus encargado de acabar con nuestra “pensante” raza humana. Tose y se suena de nuevo. Levanta un pocillo para ver si le da un sorbo, a lo que sea que contenga, para aliviar su garganta, pero sólo se encuentra con un sedimento de café muy oscuro, parece que lleva años ahí.
La base de la torre del desorden de su lugar de trabajo es el diccionario de OxFord Español-Inglés/, Inglés/español que anuncia con emoción en su portada: “Más de 450.000 traducciones. Más de 275000 palabras y expresiones. Natalia Apuesta que, entre ese mar de términos, no sería posible encontrar uno que defina la estupidez humana, como la de ese desadaptado sobre el que tiene que escribir.
“¿Para qué tantos lenguajes, palabras y tonos si nos empeñamos en no entender, en atacar al otro sólo porque lo creemos o piensa diferente?” se pregunta. Se toca la frente, esta muy caliente, no sabe si es a causa de la gripe o por la rabia que tiene en este momento. Se siente lenta, ralentizada, y que todos sus movimientos son torpes.
Puta gripa.
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