miércoles, 15 de agosto de 2018

Hola soledad

Una amiga me cuenta que quiere tomarse un año sabático. En el transcurrir de nuestra conversación, recapacita y dice que, por cuestiones de dinero y trabajo, le queda complicado efectuar la pirueta por tanto tiempo, pero que mínimo haría el plan a menor escala, viajando sola por dos meses. 

Le pregunto que qué dice su novio al respecto y me cuenta que el plan que tiene en mente es perfecto, pues a él no le gusta viajar tanto como a ella, y que además es quiere hacerlo sola. Le pregunto que por qué: "me  gusta la soledad", responde. 

Puede ser también  que  muchas veces esa afinidad por la soledad vaya de la mano con unas ansías por probarnos, de enfrentarnos solos al mundo, a la vida, al destino para así descifrar de qué realmente estamos hechos. Se me viene a la mente una de las citas de la película Into the wild, que dejo en inglés para no traicionar la intención de las palabras con una pobre traducción:

And I also know how important it is in life not necessarily to be strong 
but to feel strong. To measure yourself at least once. To find yourself at
 least once in the most ancient of human conditions. Facing the blind 
death stone alone, with nothing to help you but your hands and your own head.”
- Into the wild -

Punto para la soledad, tan mal vista por muchos que estigmatizan como bicho raro al solo, al loner, a ese que se atreve a ir a un bar, un cine o a hacer cualquier tipo de plan solo. 

Un jefe que tuvo mi hermana, conoció a su esposa de esa manera un día en que decidió ir a cine solo y ella también. Recuerdo que una vez con mi hermana, también en cine, cuando se acabó la película y ya saliendo del teatro, vi a una mujer bellísima que estaba sola, sentada en una de las última filas. 

De todos modos  no deja uno de preguntarse que les habrá ocurrido a esas personas que andan solas, si es que están tristes, despechadas, o no tienen amigos, pero muchas veces la respuesta tiende a ser solo  una: Les agrada estar solos. Disfrutan de la soledad tanto o más que esos otros que no pueden vivir si no están rodeados de personas 

Hace un par de años en la prueba de sonido de un concierto de las 1280 almas, el cantante de un grupo de Ska telonero, un hombre gordo que llevaba un vestido y sombrero negros, comenzó a cantar a capela. La primera palabras con las que probó el sónido fueron: “¡Hola soledad!”, el bolero de Rolando Laserie. Conocí esa canción ese día y el dejo nostálgico que tiene me agrada mucho. 

La soledad tiene muchas cosas por decirnos, deberíamos darle una oportunidad,

“Hola Soledad 
no me extraña tu presencia 
casi siempre estás conmigo, te saluda un viejo amigo 
que te encuentres uno más” 
- Hola soledad -

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